Hola a todos y todas, les escribo desde mi casa, en Montevideo, Uruguay con el objetivo de compartir con ustedes parte de mi pensar y de mi sentir en lo referente a esta pandemia que nos ha tocado vivir.
Lo primero que me surgió preguntarme, seguramente por ser Coach de profesión es, ¿para qué habrá llegado este virus al mundo, ¿qué nos habrá venido a enseñar?
En esta breve reflexión me enfocaré en lo que más me interesa, en la vida del SER HUMANO, no abordaré temas políticos, ni buscaré responsables.
En estos tiempos y a lo largo y ancho de nuestro mundo casi todos los seres humanos estamos inmersos en una vorágine, corremos desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, sin tener muy claro hacia dónde y sintiendo que el tiempo nunca alcanza. Las personas trabajamos todo el día, buscando un mayor confort, una vida mejor y en esa búsqueda, muchas veces nos perdemos de lo verdaderamente importante, estar con nuestros afectos, disfrutar de nosotros mismos, del contacto con la naturaleza, del cuidado de nuestra salud física y emocional. Los niños y adolescentes, a su vez, en su mayoría tienen una agenda muy cargada y queda poco tiempo para el ocio, para el aburrimiento, punto de partida fundamental para el despliegue de la creatividad y el surgimiento de grandes creaciones. Existe en general, un gran individualismo, competitividad y consumismo.
Fíjense qué curioso, este virus que va llegando a distintos rincones del mundo nos obliga a cambiar radicalmente nuestros hábitos y rutinas; nos invita, y en algunos casos nos obliga a permanecer en nuestras casas, a parar esta carrera desenfrenada. Nos alienta a trabajar en equipo para poder superarlo, a ser más flexibles, a ser responsables por nosotros y por los demás. A mi modo de ver, nos da la enorme posibilidad de mirarnos, de estar con nosotros mismos y con nuestras familias y de ser creativos al enfrentarnos a una forma diferente de relacionarnos, de comunicarnos y de aprender. Y aquí aparece el tema de la crianza de nuestros hijos, que, en muchos casos, debido a los compromisos laborales la compartimos con docentes y/o cuidadores, desde muy temprana edad.
Yo soy docente, trabajo en un colegio privado de Montevideo; tengo a mi cargo un grupo de niños de Nivel tres por la mañana y de Jardín Maternal por la tarde. Hace muy poquitos días que comenzaron las clases y nos encontramos en pleno Período de Adaptación, forjando vínculos y generando confianza. Evidentemente esta situación nos desafía y mucho, ya que todos los docentes deberemos apelar a la creatividad, a la flexibilidad y al trabajo en equipo, para lograr en estos días de aislamiento mantener el vínculo de CONFIANZA, hasta ahora creado, con los niños y sus familias. Si bien es importante lo curricular, es mucho más importante mantener este vínculo generado entre pares, entre familias y con las docentes. Es así que se decidió mantener el contacto con los niños y sus familias a través de una plataforma y encontrarnos virtualmente para poder vernos, escucharnos, compartir canciones, cuentos, narraciones, sugerencias de actividades para las familias a realizar con sus hijos y también con información de interés para padres, entre otras y así seguir construyendo el vínculo.
Esto recién comienza… quiero regalarle a cada uno de ustedes este día el VALOR DE LA FLEXIBILIDAD, para que puedan atravesar esta situación con gran flexibilidad, acomodando el cuerpo y las emociones a lo que nos está atravesando. Los invito a intentar ver esta situación que nos toca vivir como una oportunidad de aprendizaje y a escribir sugerencias para enriquecernos entre todos.
Los abrazo virtualmente desde Uruguay. Hasta pronto,
Gimena Alzugaray.